20 de enero de 2011

Sabíamos no decirnos nada, conservando en apariencia una amistad consolidada. Sabíamos no exigirnos mucho; hola ¿qué hacés? Convidame un pucho que me tenés abandonada.Vos con tu mochila a cuestas, yo con la excusa perfecta para charlar de pavadas. Nos hizo un guiño San Telmo, un poco de humo en el medio y enloquecieron las miradas. Quiso el destino que esa noche hiciera frío y que el ruido de los coches me hiciera hablarte al oído. Y si el diablo se contenta con que dudes un instante; vos y yo nuestras miserias y esta noche por delante amor.
¿QUIÉN SABE? Un umbral perdido y aquel bar medio vacío, como único testigo. Brindamos POR EL OLVIDO y el espíritu del vino se fue haciendo nuestro amigo. Con el corazón en llanta NADA MEJOR que tu lengua abrigando mi garganta. Y conga, conga, conga. Y que siga la milonga, que el mozo traiga otra ronda y que pague Dios.

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