Me estoy desesperando, me va a agarrar un ataque en cualquier momento y eso, sinceramente, no me agrada. Ojala dentro de un tiempo me acuerde de esto, me ría y diga 'cómo lloré si al final las cosas se arreglaron!' pero ahora no, ahora no puedo pensar eso. Necesito tenerte adelante mío para hablarte, decirte todo lo que me pasa y todo lo que siento. No quiero pensar que todo esto se puede llegar a derrumbar, me costó tanto llegar acá, di todo de mí ¿para nada? A pesar de las peleas en mi nada cambia y nunca va a cambiar, siempre y cuando lo sigamos cuidando como hasta ahora, sin mirar los errores del pasado, cuidando lo que tenemos ahora y soñando con lo que puede que venga.
No me ignores, no te calles nada, no te encierres en tu mundo, no te encierres en lo que pensas. Dejame entrar, dejame ayudarte, dejame conocerte más, dejame crecer juntos, no pido nada más que eso. Si todo venía bien, ¿qué pasó que de repente estamos acá? Sé que hay cambios que hay que afrontar y que tarde o temprano llegan, pero por eso no vamos a tirar todo esto que hicimos juntos, de a dos, vos y yo, nadie más. No hay nada peor que escucharte enojado, con bronca, con odio, sin ganas de mirarme, ni de estar conmigo; el tiempo no pasa y sigo acá encerrada esperando para llamarte y que me atiendas y me digas 'sí, veni y hablamos' pero tu orgullo y vos impiden que a veces eso pase, espero que hoy no sea el caso.
Volve a mi, por favor.
30 de noviembre de 2011
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