Te conocí un día de enero con la luna en mi nariz
y como ví que eras sincero en tus ojos me perdí;
qué torpe distracción, qué dulce sensación.
Y ahora que andamos por el mundo como Eneas y Benitin
yo te encontré varios rasguños que te hicieron por ahí
pero mi loco amor es tu mejor doctor.
Voy a curarte el alma en duelo, voy a dejarte como nuevo
y todo va a pasar, pronto verás el sol brillar,
tú más que nadie merece ser feliz.
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